sumido en el terreno vertical
del latido, del suelo del oído de la sed
sordo
la sangre en los pelos en la piel
la mano entre el corazón y entre los dedos
el salto en el pelo muerde el pelo
perfora la carne
y ve en el reflejo el bosque quieto
que cae sobre su sien
martes, 5 de agosto de 2008
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