martes, 5 de agosto de 2008

4-2-5-6

4
Su cuerpo ahora se me antoja sinuoso,
como esquilmado,
con todo sus poros abiertos pero secos,
agotado en su extensión y tumbado arriba,
mío.

Primero fue filoso y esquilado,
lábil y lubricado,
una mantaraya, liso, embebido en fluidos,
preparado.

Silencio acuático, fondo de lodo.
Se recuesta a su lado
un mundo abigarrado y melindroso
que arrastran medusas y cochinos
con la voz empapada y el ronquido escurrido.

Bebo en su boca
una ciénaga abierta entre los labios
y el reptil entre dientes da un chasquido,
no duerme de verdad,
resopla, dice viento, echa un silbido.



2

no soy vieja ni joven
ser humano
género humano
en equilibrio precario
¿dónde?
la línea del horizonte tambalea imperceptible
femenino soy
el lugar es bucear
y parpadeo
todas las superficies en un segundo podrían borrarse
¿qué quedaría?
marea
recuerdos
la finísima cavidad de los corales


5
Sigiloso,
buscando en las aguas su río.
Pasa noches en el mundo
sobando su boca. (shhh cabeza en ombligo).

Tres partes de su cuerpo son de agua.
Sobrevive al estrago,
marea desatada.
Entre sus aguas y el mar un segundo de piel
se eriza y arremete
sin prisa
su mano temblorosa y ligera
no toca ya las aguas,
no distingo su risa.
Apenas arremete se retoba.

Cármines, el profeta (un viejo borracho y mendigo)
con su perro negruzco y ladino
me sentencia no pierdas los zapatos en el viaje (¿Qué?)
yo sigo.


6
Es calvo y está solo.
Su mirada fugitiva
sin embargo intimida a todos.

Ha escrito muchos libros
Por eso algunos piensan que él ya debería estar muerto.

Espera algo.
Permanece, sin posar la vista mucho tiempo.

Aúlla y frota con los codos su mesa de trabajo.
Las palabras lo acucian lo distraen lo calman.
Después,
espera.

Ejercicios

ejercicio1: el presagio
No hay culpables en las cosas hechas por amor.
2: la visión de las cosas
Ninguna cosa ocupa nunca un lugar exacto. Sólo los recuerdos.
3: el legado
¿Podré dejar mi historia en ningún camino?
4: la inquietud
No duermas en ese umbral... hay sueños que son más reales que la vida misma.
5: el misterio
Cuando seas viejo sabrás quien soy. Mientras tanto no busques mi rostro... te volverías melancólico y torpe como el sonámbulo.
6: el desencuentro
La mirada del actor solitario hace un paneo escrutando esa masa humana y oscura que es el público.
7: la búsqueda
En la cara del actor se insinúa una sonrisa.
8, 9 y 10: el estado de las cosas
un incendiario ha perdido el equilibrio y la calma, mata a su amante y se inmola. ¿Porqué? (vuelva al ejercicio1)

Arrebato

sumido en el terreno vertical
del latido, del suelo del oído de la sed
sordo
la sangre en los pelos en la piel
la mano entre el corazón y entre los dedos
el salto en el pelo muerde el pelo
perfora la carne
y ve en el reflejo el bosque quieto
que cae sobre su sien